Aunque como ya señaló Freud, el que un contenido sea inconsciente no quiere decir que sea menos efectivo y eficiente (en influir en la conducta del sujeto); sino precisamente porque es inconsciente, es que puede hacerlo con mayor libertad y menor contrapeso.
Claro, no lo hará bajo la forma de una conclusión que deriva de premisas sopesadas sino precisamente a través de disposiciones de ánimo, de actitudes de aceptación o rechazo sordas, similares a lo que los biólogos denominan tropismos, para de ese modo acabar moldeando al sujeto moderno, construyendo para él una perspectiva que lo determina sin saberlo.
A estas alturas del análisis, creo que para el lector medio quedará claro cuál es el planteamiento central que palpita bajo la prensa del Mercurio y que trasunta todo el andamiaje de articulación de imágenes, traslaciones de sentido, construcciones contextuales de presentación de la noticia y reiteraciones: la única salida que queda para Chile es la acción a través de las fuerzas armadas. Considero importante resaltar que aunque El Mercurio no llama a realizar actos violentos, por esta vía los instila. ¿Pero de dónde obtiene semejante conclusión? Como he tratado de mostrar sistemáticamente (aunque de manera resumida), si con ellos no se puede dialogar, si emplean tretas en el diálogo, si reciben a cubanos-bolivianos y otros violentistas; si ya asesinaron e hirieron a tantos (tienen bombas como en Mururoa) y hacen la guerra (como en Vietnam y en confecciones Sumar), pues no queda otro camino.
El deterioro del respeto a la articulación lógica y la infiltración sistemática de recursos inconscientes ataca el instrumento mismo del proceso de pensamiento: el estilo de escritura aquí reseñado es provocador de ansiedad. Y no hay nadie más proclive a asumir comportamientos violentos (o a justificarlos) que un grupo social presa del temor.